miércoles, 10 de marzo de 2010

¿Existes, o sólo eres un reflejo del espejo?

Hace poco más de una semana, empecé a estudiar Ciencias de la Comunicación. Desde ese momento sentí que cada vez estaba más cerca de mi destino y mi felicidad. No sé si a todos les pasa igual, pero cuando encuentras realmente la respuesta a ...¿para qué estoy en el mundo? es como si un vacío que llevas en el cuerpo se llena instantáneamente, sin preguntar, sin pedir permiso; sientes que ya no estás perdido en el mundo, que tu vida tiene un sentido y siempre estuvo dentro de ti, el problema es que por alguna extraña razón la mayoría del tiempo rehuimos a examinar nuestro interior. Y en vez de eso buscamos la felicidad en otras personas, generalmente buscamos a alguien con quien estar, con quien compartir nuestra vida y, de repente, cuando aquella persona nos falla, sentimos que todo el mundo está en nuestra contra, que todo está mal, que no podemos ser felices. Algunos llegan a niveles mucho más bajos, y se refugian en los vicios, pero al darse cuenta que eso tampoco logra llenarlos; pierden el sentido de la vida, y vuelven a la pregunta... ¿para qué estoy en el mundo? , al no encontrar la respuesta, o mejor dicho, al cegarse ante ella, pierden lo más grande que tienen: la vida. En realidad están muertos en vida.